Si bien solemos pensar en el gobierno como el actor principal en la oferta de datos abiertos, el gobierno puede ser otro actor importante en la demanda. Recordemos que uno de los beneficios que los datos abiertos pueden brindar es en mejorar la eficiencia de las operaciones internas, la modernización de los servicios públicos o la mejora en la toma de decisiones de política pública, basada en mejor información.
En este marco, existe una creciente tendencia en la región y el mundo hacia la creación de laboratorios de innovación en gobiernos locales, estatales o nacionales. Estos laboratorios suelen fomentar la demanda al identificar problemas públicos de importancia para organismos de gobierno con soluciones tecnológicas brindadas por su propio equipo, o bien por desarrolladores o hackers cívicos que colaboran con estos laboratorios. Estos laboratorios actúan también como motores para la apertura, ya que la construcción de estas soluciones suelen requerir la colaboración de los propios gobiernos en abrir y aportar datos. Ejemplos en la región incluyen el Laboratorio de Innovación Social en Gobierno Digital de Uruguay, el Laboratorio de Gobierno de Argentina, o el Laboratorio de Gobierno de Chile. En otros casos, el propio gobierno crea aplicaciones web o móviles para el uso de los datos abiertos. Por ejemplo, la Intendencia de Montevideo en Uruguay desarrolló una aplicación de transporte, “Como Ir”, para mejorar los traslados en la ciudad. Su versión móvil cuenta ya con más de 100 mil instalaciones.