1. Introducción

Carolina Rodríguez Enríquez, Virginia Rodés

Evaluar¿Qué pensamos cuando decimos o escuchamos evaluar? En general nos referimos a la evaluación como la forma de medir los aprendizajes, de evaluar un proceso, de aprobar un curso, de que nos marquen nuestros errores. Pero…¿es realmente eso evaluar?

Muchas son las conceptualizaciones existentes sobre el término evaluación. 

En nuestra concepción se orienta a la etapa del proceso educativo, porque la entendemos como parte de este proceso (enseñanza, aprendizaje y evaluación). Concebimos evaluar como un proceso continuo, sistemático y flexible por el cual se emiten juicios de valor.

Como docentes debemos mantener coherencia entre los métodos de aprender, de enseñar y de evaluar; si enseñamos a partir de la memorización no podemos pretender que cada estudiante aprenda a realizar un análisis crítico en el momento de ser evaluado y calificado. Para evaluar, si sabe realizar ese análisis, primero debimos haberle enseñado a hacerlo.

No todas las personas aprendemos de la misma manera ni al mismo ritmo, por tanto debemos ser evaluados y evaluadas también según nuestras habilidades. No todas las personas somos iguales, aunque a simple vista lo parezca:

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Obviamente que depende de la vara con que se mide.

Cuando hablamos de evaluación hablamos de una tarea compleja que integra sentidos construidos tanto desde el sistema educativo, desde la visión docente como desde la de estudiantes.