Innovación

Nos gustaría empezar con esta pregunta: ¿De qué forma podemos innovar a partir de las experiencias de enseñar online en la Universidad de la República?

La pandemia y la consecuente virtualidad forzada de los cursos de la UdelaR (y por supuesto muchas otras instituciones educativas) nos obligó a adaptarnos, primero a los porrazos y luego con más reflexión, tratando de determinar y valorar los aspectos positivos de este cambio. Al menos esa, fue nuestra experiencia.

En ambientes donde la formación docente no es una prioridad, y lo que hacemos es copiar al más antiguo y tímidamente ir mejorando propuestas educativas y cursos, es difícil transformar. Y a veces pensamos que también lo es innovar. Pero, como bien lo dijo una docente brillante con la que tuvimos el gusto de compartir varias discusiones, y la citamos: "Los procesos de innovación educativa son procesos muy graduales ante una ventana de necesidad". Y el año pasado se abrió una gran ventana. 

Uno de nuestros grandes desafíos fue decidir que hacemos con un curso de experimentación en el laboratorio: ¿Qué puedo hacer desde la virtualidad en este contexto? En ese momento, pensé: "Nada. Si no tengo laboratorio no puedo hacer los experimentos!". Y luego, poco a poco, cada curso de formación docente nos fue aportando algo a esta idea o intención de tratar de mantener un curso experimental en la situación de la virtualidad.  

Gracias a todos estos aportes hemos podido, al menos eso esperamos, innovar. Innovar en algo que a priori parece imposible. A través de la valoración de otros aspectos que hasta ahora no teníamos en cuenta, como la interpretación, reflexión y discusión de resultados experimentales, más allá de su obtención (que es justamente lo que hacemos en el laboratorio). Una propuesta experimental se transformó entonces en un curso totalmente virtual, aplicando muchas de las actividades que han sido potenciadas gracias a la gran ventana de oportunidades educativas que nos brindó la virtualidad obligada por la pandemia.

Diferentes docentes participaron a través de la generación de material audiovisual concreto, cada uno consignas diferentes en diferentes temáticas experimentales. La idea era trabajar en duplas docentes y que ellos realizaran las actividades experimentales, a veces uno filmaba y otro hablaba, a veces era lo opuesto. En esta secuencia de videos, les pedimos que enfatizaran cuales eran los puntos más importantes de las prácticas, lo que comúnmente en el laboratorio llamamos "los secretos de cocina".  A partir de todos estos videos, los editamos, les pusimos texto, agregamos información y actividades. Por otro lado arquitectura del curso fue rediseñada basada en la observación de obtención de resultados experimentales pero donde, sobre todo, se aportaban cosas derivadas de los resultados que incluso pueden ser aún más importantes que la clase experimental en sí misma: 
1) Comprender cual es la razón o interés biomédico de la actividad experimental en cuestión. Y analizar el procedimiento por el cual se realiza.
2) Aprender a interpretar resultados y a discutirlos. ¿Tuve el resultado esperado? ¿Por qué?. Si no lo tuve, ¿Cuál podría ser la razón?. Si tuviera que volver a realizar el experimento ¿Qué elementos cambiaría o tendría en cuenta?
3) Capacitarse en la presentación oral de resultados experimentales a través del trabajo activo y colaborativo en equipos, para transmitir, en 10 minutos los aspectos más relevantes de la actividad experimental. El gran desafío en este parte es priorizar el mensaje a pasar. Esa es la gran dificultad que he encontrado en los estudiantes. Enseñarles cuales son las cosas prioritarias en una presentación oral de resultados científicos.

Para alcanzar estos objetivos, hicimos videos editados de cada una de las actividades, realicé tareas, foros, actividades y la consigna de que cada dos semanas debían en equipo realizar una presentación oral (a través de la realización de un video), de manera de poner en práctica los conceptos internalizados. Por último, diseñamos instancias de evaluación entre pares. Junto a una rúbrica, los equipos que presentan diferentes actividades orales (realizando el video) se tienen que evaluar entre sí, y también reflexionar sobre su propio producto. Las actividades asincrónicas son mayoritarias en relación a las sincrónicas, donde intercambiamos la respuesta de los estudiantes a diferentes tareas, o las dificultades que van teniendo.

Ahora compartimos otra experiencia: desde el laboratorio incorporamos herramientas que no habíamos usado antes, principalmente por desconocer su utilidad en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Se incorporó la gamificación como parte del proceso educativo, se profundizó el abordaje de problemas complejos como forma de aprender, antes los usábamos, pero solo en los grupos pequeños de clases prácticas, no como una forma de aprender masivamente cada unidad temática. Eso es muy bien aceptado por parte de los estudiantes, los motiva más, participan más en las clases, ya que entre todos “solucionan” el problema planteado, negociando y argumentando sus posturas. Incorporamos los vídeos, antes solo “dábamos clases” en encuentros presenciales, hoy quedan las clases grabadas en vídeos al que el estudiante accede cuando y cuántas veces quiere, y en los encuentros sincrónicos trabajamos en los casos o problemas planteados sobre cada tema. Por último, y tal vez, más importante, los docentes, al menos de laboratorio, entendimos que tenemos que formarnos mas y mejor en el área pedagogía y didáctica. Antes nos dedicábamos a formarnos en nuestra especialidad para ser “mejores docentes, más capacitados”. La pandemia y la educación virtual nos dejo muy claro que eso solo no alcanza, nos faltaban herramientas para adaptarnos a las nuevas necesidades. Hoy estamos en ese proceso, así que lo destaco como aspecto muy positivo de este nuevo camino educacional.

Continuamos con el tema con otra pregunta respecto a la Innovación en la UDELAR: ¿Qué me gustaría que pasara a partir de ahora, en base a lo vivido este año y poco?.

Sería muy bueno poder crear juegos en 3D que sirvan para simular la actividad en diferentes ámbitos, por ejemplo, en el área salud. Tal vez estamos lejos, pero quiero creer que en algún momento lo vamos a lograr. Tal vez deberíamos reforzar, como se comentó en el encuentro sincrónico, la colaboración interdisciplinaria que permita que las facultades se ayuden entre sí para poder crear estos contenidos, o similares. En el área salud, la formación en producción de recursos digitales no es una fortaleza, por eso unirnos a las carreras que forman en ese aspecto, sería muy beneficioso para todas las partes, unas aprenden haciendo, otras mejoran la calidad de sus producciones.

Plantearnos dar ese primer paso desde el interior de cada carrera, buscando la forma de optimizar los distintos recurso creados. Que todos estén disponibles, visibles a toda la estructura docente.  Las plataformas virtuales brindan la posibilidad de vincular los distintos saberes y optimizarlos sin importar desde que materia o asignatura se estén abordando.
Trabajar en la propuesta de REA desde el interior de cada carrera, avanzar a otras carreras de la misma institución y luego trascender estructuras edilicias.

Generar ámbitos de confianza,  no jerarquizados,  multidisciplinarios,  que permitan crecer sin límites.